Cómo usar las velocidades y marchas para ahorrar

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Cómo usar las velocidades y marchas para ahorrar

La clave de una buena conducción es la continuidad y hacer el menor uso posible del motor. Para conseguirlo hay que aprender a hacer un uso adecuado del cambio de marcha y escoger la velocidad adecuada. El uso excesivo del freno, la interrupción y la aceleración son las principales causas del alto consumo en coches modernos. Esto es sobre todo aplicable en los cascos urbanos pero también puede optimizarse en carreteras.

Los coches modernos consumen un 20% menos de combustible que los de hace un par de décadas. Sin embargo, solo alrededor del 38% de la energía del combustible se convierte en fuerza mecánica. El 62% restante se pierde debido a la fricción y el calentamiento del motor. Si además de esto hacemos un uso inconsciente del mismo, el desperdicio es mucho mayor.

Mantener la velocidad uniforme

Uno de los aspectos más importantes de la conducción eficiente es aprender a calcular la velocidad necesaria y a mantenerla. Este proceso inicia en el arranque y se refuerza cada vez que se disminuye o aumenta la velocidad para cambiar de marcha.

Arranque

Un vehículo detenido requiere más fuerza para andar que uno que anda a cualquier velocidad. La primera marcha es la más recomendable para ir saliendo del régimen de ralentí ya que es la que transmite mayor fuerza al motor. En consecuencia también demanda mayor cantidad de combustible. Por lo que la recomendación es acelerar suave y progresivamente e ir cambiando de marcha sucesivamente.

Una distancia referencial para salir de la primera marcha son 6 metros recorridos. Por otra parte, esta velocidad sólo debe utilizarse para el período de arranque.

Aceleración

El proceso de aceleración debe realizarse de forma continua hasta llegar a la velocidad más larga en la que se pueda circular. Una vez que se haya incrementado la marcha es recomendable acelerar rápidamente el motor hasta estabilizarse en la velocidad requerida. Una de las más recomendables para trayectos largos en zonas urbanas es la quinta marcha. Ya que esta es la óptima para conducir a una velocidad de entre 50 y 60 kilómetros por hora. Dependiendo de si el coche es de baja o alta cilindrada.

Intersecciones

Sin embargo, con intersecciones reiteradas no es tan recomendable utilizar la quinta marcha. Debido a la necesidad de reducir la velocidad para prever la posible incorporación de vehículos. 

Peso del coche

marcha en zonas urbanas. Ya que el peso dificulta las marchas altas a velocidades medias o bajas. Sobre las 1500 revoluciones por minuto es el punto recomendable para utilizar la quinta marcha.

Reducir la marcha al final de la desaceleración

Otro de los hábitos más recomendables de la conducción eficiente es reducir la marcha al final de la desaceleración haciendo uso del llamado freno motor. Esta opción consiste en retirar suavemente el pie del acelerador sin hacer ningún tipo de cambio de marcha. Y utilizar el freno solamente para hacer pequeñas correcciones de velocidad.

Aprovechar la inercia

De esta forma se aprovechará mejor la inercia del coche. El vehículo se frenará naturalmente ya que la resistencia del motor al girar hará de freno. Haciendo innecesario el uso del freno, el embrague, la caja de cambios y también del combustible. Esto último al evitar pasar por el punto muerto que genera el cambio de marcha.

Esta es una de las medidas más efectivas siempre que se sea previsivo al conducir y se utilice la velocidad adecuada en el momento adecuado. Por otra parte, la marcha sólo se debe cambiar a medida que el motor del coche lo exija. En un punto inferior a las 2000 revoluciones por minuto y siempre a la marcha más larga a la que se pueda circular.