Malos hábitos de conducción más comunes

//

Los malos hábitos de conducción pueden traer consigo innumerables eventualidades negativas. Además de aumentar el gasto en mantenimiento y el consumo de combustible. Aunque seamos conductores experimentados siempre somos susceptibles de desarrollar malos hábitos de conducción. Pues los sistemas de los coches son amplios y complejos y también lo son las situaciones.

Si estás interesado en conocer algunos de los malos hábitos de conducción más comunes puedes leer a continuación.

Repostar con el tanque casi vacío

Las impurezas del combustible se sedimentan en el fondo del tanque cuando el coche está en reposo. Y si hay muy poco combustible el que queda estará bastante contaminado. Todas estas partículas llegarán de golpe a la bomba de combustible pudiendo causar graves daños a la misma.

A este respecto también es recomendable que en la temporada de invierno dejemos al menos medio tanque de combustible. Ya que el agua presente en el mismo podría congelarse al punto de deformar el mismo.

Usar el freno en exceso

Es común conducir apresuradamente e impacientarse debido al tráfico. Pero la aceleración y el uso excesivo del freno ocasionan un mayor desgaste en todo el sistema de frenado. Sin contar el mayor gasto de combustible. También es importante en este aspecto manejar una técnica adecuada de frenado.

Lo mejor es tener el pie recto con el talón apoyado sobre el suelo aguantando la mayor parte de su peso. A continuación hay que presionar hasta que el coche esté a punto de detenerse y justo antes soltarlo un poco. Esto evitará un mayor desgaste y que el vehículo retroceda de golpe.

No hacer caso de sonidos extraños

Algunos sonidos como crujidos leves pueden significar algún desperfecto. Además de que suelen ser sólo el primer síntoma de un posible daño mayor. Que podría aumentarse considerablemente en cualquier momento, además de que pueden traer consigo grandes peligros.

Hacer mal uso del freno de mano

Si tu coche tiene transmisión automática y lo aparcas en una pendiente todo el peso recaerá sobre el engranaje de bloqueo del eje de salida de la caja de cambios. El procedimiento adecuado es mantener el freno del pie y cambiar a parking. Luego hay que tirar lentamente del freno de mano y al final soltar el freno de pie. Indistintamente del tipo de transmisión, el freno de mano es el más recomendable para inmovilizar un vehículo detenido.

Arrancar bruscamente el coche frío

Hasta que el indicador de temperatura no marque una temperatura óptima no se debe llevar el motor a más de 1.500 o 2.000 revoluciones. Si es invierno o hace un clima bastante frío es recomendable tener el motor en marcha 2 minutos antes de mover el coche. Y a continuación llevarlo en velocidad lenta hasta que esté suficientemente caliente.

Mantener el pie en el freno en bajadas

Es muy común mantener el pie del freno cuando bajas por una pendiente. Sin embargo, esto no hará más que sobrecalentar el sistema de frenos. Y desgastar discos y pastillas de forma innecesaria. Lo recomendable en este caso es disminuir la marcha e iniciar el proceso de frenado antes de descender por la pendiente. De esta forma se disminuirá la velocidad sin forzar demasiado el sistema de frenos.

Reposar la mano en la palanca de cambios

Resulta peligroso tener una sola mano al volante debido a cualquier inconveniente en el camino. Además reposar la mano en la palanca de cambios contribuye al deterioro de la misma. Aunque sea un peso leve, justamente está dispuesto para hacer palanca, y los sincronizadores y engranajes de la caja son susceptibles de desplazarse. Sin contar que esto puede repercutir también en el sistema de dirección.